La PNR recorre esa zona, pero solo para imponer multas por mal uso del nasobuco
Un anciano sin hogar lleva más de una semana viviendo en un vertedero de basura en la ciudad de Ciego de Ávila, según trascendió en las redes sociales.
Un usuario de Facebook identificado como Maikel Chef difundió algunas fotos del hombre, acostado entre los desperdicios sobre la calle Simón Reyes esquina con Bembeta.
Maikel denunció en el grupo Ciego de Ávila y su gente que agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) estuvieron por la zona multando a personas que tenían mal puesto el nasobuco, pero en ningún momento ayudaron al anciano.
Al finalizar su post, cuestionó si es muy difícil atender a esta persona para que pueda recibir los cuidados que necesita por su edad.
Cuba registra una de las poblaciones más longevas del mundo, ante la migración de jóvenes buscando una mejor calidad de vida o la decisión de parejas de no tener hijos por la precariedad que se vive en la Isla.
Un estudio de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) reveló que el 70% de los ancianos cubanos viven con carencias en su vida cotidiana como la falta de un hogar.
El gobierno no ha emprendido un plan integral para atender el déficit de vivienda, por dar prioridad a la construcción de hoteles, lo que provoca situaciones como la mencionada o el hacinamiento en albergues de las diferentes provincias.
A este problema se le suma que indigentes, principalmente ancianos, están expuestos a contagiarse de coronavirus Covid-19 que pondría en peligro sus vidas.
En noviembre de 2020 se denunció en Facebook que una anciana de 60 años y su nieta de 11 estaban pasando la noche en una calle de La Habana por no ser aceptadas en la casa donde deberían estar viviendo.
La usuaria Ariadna Núñez les dio cobijo por una noche para que puedan comer y bañarse.
En estos casos también se encuentran personas que su juventud sirvieron a las fuerzas represivas del Ministerio del Interior y al envejecer quedaron en el olvido convirtiéndose en indigentes.
Tal era la situación de un anciano que en septiembre de 2020 tocaba en los hogares para pedir comida y aseguraba a quienes lo ayudaban que fue víctima de los engaños del régimen comunista.
“Tengo en el bolsillo un peso nada más y dije bueno, voy a pedir, porque yo no voy a robar a mi edad no puedo hacer esas cosas”, dijo el hombre a una persona que le otorgó alimento.