La Cámara de Representantes aprobó el miércoles por la noche, por un estrecho margen, un proyecto de ley que apunta a limitar y entorpecer la autoridad y el trabajo de las fuerzas de seguridad. Ahora el proyecto será discutido en el Senado y de aprobarse establecerá directrices para los departamentos de policía de todo el país poniendo en riesgo la seguridad nacional.
Promovido por agrupaciones civiles cargados de ideología izquierdista, el proyecto de ley busca reformar los estándares para las tácticas policiales y limitar el poder de los oficiales a nivel federal. Entre las medidas destacadas se incluyen la prohibición federal de las órdenes de arresto y los llamados estrangulamientos papra reducir a delincuentes peligrosos, también se eliminarían los límites a la protección de la policía de demandas civiles, se establece un marco legal para prevenir la discriminación por perfil racial y el establecimiento de un registro nacional de denuncias de mala conducta policial.
El proyecto de ley fue aprobado en una votación muy estrecha de 220-212. El representante de Texas Lance Gooden fue el único republicano que votó a favor del proyecto de ley, quien luego admitió haber “apretado el botón equivocado”.
“Por supuesto que no apoyaría la Ley Anti-Policía de la izquierda radical. ¡He cambiado el registro oficial para reflejar mi oposición!”, se defendió Gooden en su cuenta de Twitter.
El proyecto de ley ahora será sometido a una mayor consideración en el Senado, donde se espera que enfrente una fuerte oposición de los legisladores republicanos. La semana pasada, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, reconoció que sería difícil aprobar el proyecto de ley en la cámara alta donde deberán convencer al menos a 10 senadores republicanos para poder aprobar el proyecto.
La Cámara de Representantes ya había aprobado una versión del proyecto de reforma policial en junio del 2020, pocas semanas después de que la muerte de Floyd provocara protestas en todo el país contra las fuerzas policiales, generando destrozos y saqueos. Los republicanos se opusieron al proyecto de ley y luego se estancó en el Senado controlado en ese entonces por el Partido Republicano.
La Casa Blanca brindó su apoyo al polémico proyecto de ley en un comunicado oficial a comienzos de esta semana en el que dijo:
“Para que nuestras comunidades sean más seguras, debemos comenzar por reconstruir la confianza entre las fuerzas del orden y las personas a las que se les ha confiado que sirvan y protejan. No podemos reconstruir esa confianza si no responsabilizamos a los agentes de policía por los abusos de poder y abordamos la mala conducta sistémica – y el racismo sistémico – en los departamentos de policía”.
Al hablar de “racismo sistémico”, la Casa Blanca ya está avalando la narrativa ideológica de izquierda que asegura, sin sustento alguno, que existe una suerte de organizada persecución a determinadas minorías raciales como los afroamericanos y latinos por parte de las fuerzas de seguridad.
Esa narrativa es la base de la cultura de la cancelación, a través de la cual no se permite si quiera mencionar determinadas temáticas, o pronunciar una idea diferente a la hegemónica sin ser acusado de racista o censurado por los medios de comunicación.
Los legisladores de la Cámara de Representantes originalmente debían votar sobre el proyecto de ley el jueves. La votación debió ser adelantada en medio de preocupaciones sobre una posible amenaza a la seguridad del Capitolio a finales de esta semana.