En Venezuela, una persona que cobra el salario mínimo tardaría 4.000 años para poder acceder a una vivienda. La hiperinflación y el nulo acceso al crédito hacen prácticamente imposible comprar una casa.
Carmen Hurtado se ilusiona cada vez que alguien se aproxima a su improvisado puesto de venta de muñecos porque, con cada transacción, está más cerca de su sueño de tener casa propia, una meta casi imposible de alcanzar en Venezuela.
A sus 45 años, esta docente universitaria vive en la casa de un familiar en el deprimido barrio caraqueño de San José, más conocido por una historia de violencia y venganza cantada por un grupo de rap local que por alguna otra cosa.
¿Cuál es el salario de esta docente? “Menos de un dólar”.
Conoce la dura realidad que viven los venezolanos bajo el régimen de Maduro en el video en la parte superior