Jue. Mar 28th, 2024

Ante el descenso en los sondeos PSOE levanta su veto a Pablo Iglesias. El objetivo se enfoca en crear una coalición entre izquierdistas y así ganar en Madrid

Quienes pensaron que la salida de Pablo Iglesias de la Moncloa fracturó las relaciones entre Podemos y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) del presidente Pedro Sánchez, se equivocó. A dos semanas de las elecciones para elegir al mandatario de la Comunidad de Madrid ambas organizaciones negocian alianzas, esto busca reeditar la coalición ejecutiva central.

Ya no lo pueden ocultar más porque Ángel Gabilondo, el abanderado del PSOE, ante el descenso en los sondeos, levantó su veto al exvicepresidente de la tolda morada, apelando a un gobierno de contención frente a sus adversarios políticos.

Es una tendida de mano oficial y una “nueva orientación” de la campaña de Gabilondo ante su fracaso para forjar un acuerdo con Más Madrid, el partido de Mónica García e Íñigo Errejón de Más País.

Con la operación en caída libre, le suelta al “querido, Pablo” que tienen 12 días para ganar las elecciones en el único debate cara a cara entre los seis aspirantes a la capital trasmitido por Telemadrid, pese a que lo acusaba días atrás “extremista y comunista”.

Una plan no tan maestro

Gabilondo deja en el pasado que no concibiera unas elecciones juntos, porque el líder de la formación morada era solo “confrontación y ruido”.

La oferta es irresistible para Iglesias. Todo apunta a que el pacto va porque considera que solo un “gobierno de coalición de izquierdas, como lo es en el país y en otros muchos sitios” es la única alternativa para enfrentar a Isabel Díaz Ayuso del Partido Popular.

Pero la jugada quizá no sea tan maestra. Si Gabilondo se escora a la izquierda hay votantes de centroizquierda desencantados a los que no les gusta Podemos, personas que obviamente votarán por Ciudadanos.

Compromisos en puerta

Las alianzas de la izquierda ponen en alerta a Ayuso. La actual presidente de la Comunidad de Madrid se asegurará su reelección sumando la mayoría con Vox, mientras Iglesias y Mónica García de Más Madrid intentan atacar su gestión en cada medio que pueden.

Sin embargo, Ayuso no se inmuta. Tiene claro que «el 4-M se juega un modelo para Madrid y para España, comunismo o libertad» y en esos términos o condiciones, tiene ventaja.

Desempeños televisivos en discusión

Todas estos últimos giros en el camino comicial de Madrid brotaron del debate entre quienes diputan la capital: Pablo Iglesias (Podemos), Rocío Monasterio (Vox), Mónica García (Más Madrid), Isabel Díaz Ayuso (PP), Ángel Gabilondo (PSOE) y Edmundo Bal (Ciudadanos).

Especulaciones, análisis y decepciones abundan en los medios y redes sociales. En ABC señalan que el rendimiento de Díaz Ayuso evidenció su rechazo a los debates e incomodidad, mientras que otros reconocen que estuvo tranquila y resolutiva.

También hay quienes alaban a Mónica García, la candidata de Más Madrid, aunque creen que le faltó ahondar en las propuestas. Del mismo modo, coinciden en que tanto Iglesias como Rocío Monasterio estuvieron bien para su público. A Iglesias, además, le conceden que se le notaron las tablas en este formato.

Y el consenso sobre el peor contendiente del debate arroja al socialista Gabilondo, porque estuvo desaparecido en algunos momentos del debate. Además de ello, se equivocó al lanzar esa oferta a Iglesias —que sonó a desesperación— para que una bolsa del votante moderado del PSOE se decante por Ciudadanos, ante el riesgo de que la Comunidad de Madrid caiga en manos de Vox.

Las impresiones son una muestra de que “Madrid está tan polarizado que seguramente medio Madrid solo veía el debate para ver lo imbéciles que son los de la otra mitad, y al menos divertirse un rato, pero es probable que quedaran defraudados. No se produjeron grandes alardes de esas personalidades que tanto alegran o desesperan a unos y otros y se esperaban grandes bofetadas del choque entre Iglesias, Monasterio y Ayuso, entre el comunismo y la libertad. Pero debe de ser que la realidad es bastante más aburrida” concluye El País.

Por antilope

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