Vie. Abr 19th, 2024

La avería se produjo el 26 de mayo y solo se reconoció el 15 de agosto, un día antes de poder mostrar soluciones

El Gobierno cubano ocultó durante dos meses y medio la rotura de la principal planta productora de oxígeno medicinal del país, que provee del 95% del gas a la Isla. La avería obligó a detener la producción el pasado 26 de mayo, según revela este jueves la prensa oficial, aunque se mantuvo en secreto hasta el 15 de agosto, cuando ya era un clamor la falta del principal tratamiento para salvar la vida de los pacientes de covid-19 con hipoxemia.

En un largo reportaje publicado este jueves por Cubadebate y titulado ¿Cómo Cuba recupera gradualmente su producción de oxígeno?, la publicación oficial desvela la fecha en que se produjo la avería y cómo desde ese momento se empezó a satisfacer la demanda con lo que había almacenado y la «pequeña planta que quedó funcionando», presumiblemente la de Santiago de Cuba, que fabrica el 5% del gas medicinal en la Isla.

«Los primeros meses había altos niveles de inventario en el país, por tanto, no se sintió. No obstante, con el alza de los casos de covid-19, el último mes de la avería fue muy duro para este país», sostiene el gerente general de OxiCuba, José Manuel Gámez Álvarez. La planta volvió a funcionar el pasado 4 de septiembre y produce, según el funcionario, «70.000 metros cúbicos de oxígeno líquido diariamente, por encima de la demanda del sistema de salud que actualmente es de 40.000».

«Los primeros meses había altos niveles de inventario en el país, por tanto, no se sintió. No obstante, con el alza de los casos de covid-19, el último mes de la avería fue muy duro para este país»

A finales de mayo, la media de contagios diarios que se reportaban rondaba los 1.000, pero un mes más tarde las cifras empezaron a escalar hasta los 3.000, una media, con todo, aún sostenible. En julio, sin embargo, los datos crecieron exponencialmente y empezaron a superarse los 6.000 positivos en covid-19 hasta llegar a los promedios de 9.000 que se mantienen desde agosto.
La falta del 95% de la producción empezó a ser percibida por los cubanos en torno al mes de junio, cuando comenzaron a circular denuncias de pacientes y familiares por la falta de oxígeno en hospitales. La prensa independiente se hizo eco a finales de ese mismo mes en el que Gámez Álvarez argumenta que aún no se notaba la carencia.
El 15 de agosto, un domingo, el Gobierno hizo pública la rotura de la planta de La Habana sin referencia a la fecha en que se produjo y pocas horas después ya tenía una batería de imágenes solucionando el problema gracias a las industrias de las Fuerzas Armadas, que además cooperaron distribuyendo las bombonas en helicópteros con exhibición televisiva incluida, y los rusos, que acudieron al rescate y montaron una planta en la Base Aérea de San Antonio de los Baños.

La noticia de hoy confirma no solo que la ayuda no llegó inmediatamente al conocerse la avería, sino que solo se informó a la población del problema cuando se podía exhibir la solución
«Haberla puesto en funcionamiento nos da otra garantía y ayuda muchísimo», dijo el presidente Miguel Díaz-Canel de visita en el lugar tras charlar con «quienes han hecho posible la heroicidad de ponerla en marcha en tiempo record». Las declaraciones se produjeron el 16 de agosto y, aunque es posible que los rusos realizaran la operación realmente en 12 horas, la noticia de hoy confirma no solo que la ayuda no llegó inmediatamente al conocerse la avería, sino que solo se informó a la población del problema cuando se podía exhibir la solución.
Desde entonces, el presidente Miguel Díaz-Canel no ha parado en su seguimiento a las obras de recuperación del oxígeno cubano. El pasado miércoles 2 estuvo en las instalaciones de Oxicuba, apenas cinco días después de su visita anterior. Once jornadas atrás, el lunes 16 había tenido lugar el pase por la factoría militar para elogiar su trabajo.

En algunas de estas ocasiones ha estado acompañado, además, de la plana mayor del Gobierno, entre ellos el primer ministro, Manuel Marrero, y el ministro de Industrias, Eloy Álvarez Martínez.

Cuando el pasado 25 de agosto varios representantes del oficialismo en el sector de la comunicación acudieron a la televisión cubana a hablar de la creación del Instituto de Información y Comunicación Social (IICS) que sustituirá al Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), anunciaron la importancia de informar con transparencia para contribuir a la supervivencia del sistema.

El único resquicio por el que se está colando una cierta apertura es, una vez más, la prensa oficial de provincia

«En un país que se ha tenido que construir en una trinchera, sometido a un acoso permanente, una de las cosas que nos ha pasado es que no pocas veces el silencio formó parte de la estrategia de enfrentamiento a los enemigos de la Revolución. Pero en la era de la convergencia, con un cambio dramático en los modos de funcionar la comunicación, usted no puede seguir apostando al silencio», sostuvo Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec).

Sin embargo, la ocultación y secretismo en torno a la paralización de la planta OxiCuba en La Habana demuestran que por el momento el régimen sigue instalado en la misma política que ha mantenido los últimos 62 años. El único resquicio por el que se está colando una cierta apertura es, una vez más, la prensa oficial de provincia, que se atrevió a mencionar a finales de julio en una línea perdida de una nota la falta de suministro de oxígeno por la rotura de una pieza alemana de la fábrica habanera.

El tema principal de la información difundida por el diario de Ciego de Ávila, Invasor, y titulada La (otra) presión del oxígeno, era los encomiables esfuerzos de los trabajadores de los hospitales para lograr suministrar sin descanso el gas medicinal. Y ahí se colaba, al final del párrafo quinto, la frase: «Y menos, que una rotura en la planta productora de oxígeno habanera nos dejaría, literalmente, corriendo y en medio de una avalancha de casos, cuyo factor común, en muchos, es la insuficiencia respiratoria aguda».

Pasaban ya dos meses desde que se produjo la avería. Y faltaban 17 días para que la prensa nacional contase parte de la verdad.

Por antilope

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