Fue una guerra de dos gladiadores, en la que el británico Tyson Fury terminó imponiéndose al estadounidense Deontay Wilder, el combate acabó en nocaut, pero antes de llegar allí ambos púgiles visitaron la lona por intercambio de puños.
Unas declaraciones de uno de los entrenadores de los dos boxeadores profesionales da una idea de cómo quedan los peleadores después de un combate.
El entrenador de Deontay Wilder, Malik Scott, fue entrevistado para que informará cómo estaba Wilder después del KO de Tyson Fury y reconoció: «Está bien, lo llevé a su habitación. Después vimos al médico, todo estaba bien. Tiene un labio roto, se rompió la mano, se rompió la dedo o nudillo. Pero la vida continúa», dijo.
En la noche del sábado, Tyson Fury retuvo la corona mundial del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en el T-Mobile Arena de Las Vegas, en una batalla que a tan solo minutos de iniciada ya era considerada de las mejores del año.
Hasta el 11no round llegó el combate, y hasta Fury ‘The Gipsy King’, cayó dos veces, aunque luego dominaría el encuentro en el que Wilder aguantó todo lo que pudo.
«Hice todo lo que pudo, pero no fue suficientemente…No estoy seguro de lo que pasó. Sabía que [Fury] hizo ciertas cosas en el entrenamiento y también sabía que no llegó a 277 libras (más de 125 kilogramos) para ser un bailarín de ballet», diría más tarde Deontay.