Estados Unidos ha asegurado que, a pesar de que el régimen cubano declaró que las protestas son ilegales, estas no serán silenciadas y advirtió que el pueblo muestra su determinación, asumiendo grandes riesgos para reclamar sus derechos.
“El gobierno dice que estas protestas son ilegales. Aun así, el pueblo cubano muestra su determinación, asumiendo grandes riesgos para exigir sus derechos”, dijo Samantha Power, administradora de la Agencia de los Estados Unidos, para el Desarrollo Internacional.
Asimismo, señaló que esperan la realización de las protestas a nivel nacional en Cuba, en tanto cientos de presos políticos continúan detenidos en duras condiciones.
Las palabras de Power llegan después de que el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla advirtió que no va a permitir ninguna agresión durante la marcha del 15 de noviembre.
“No va a aguar nuestra celebración”, aseguró Bruno Rodríguez, pues el día de la marcha Cuba abre sus fronteras tras la pandemia.
El Gobierno de Estados Unidos advirtió esta semana al régimen cubano que está preparado para continuar con las sanciones «si la represión y los abusos de los derechos humanos no cesan», días antes de la marcha cívica opositora convocada para el 15 de noviembre por la plataforma Archipiélago.
Así lo indicó el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en una rueda de prensa al dejar claro que «el mundo está esperando protestas en los próximos días», en relación con la iniciativa declarada como ilícita por la dictadura.
«El pueblo cubano ha dejado claro que volverán de nuevo a marchar pacíficamente en las calles para remarcar sus aspiraciones por la democracia, los derechos humanos y las libertades civiles», señaló el funcionario estadounidense.
La Habana no solo ha negado esa petición inédita en más de 60 años al considerarla «ilícita», sino que además advirtió a los convocantes que se les imputarán delitos y serán procesados si mantienen la decisión de marchar.
«Hemos impuesto consecuencias tangibles y significativas en conexión con los abusos cometidos (en las protestas del pasado mes de julio en Cuba) y estamos preparados para continuar haciéndolo si la represión y los abusos de derechos humanos no cesan «, sostuvo Price.
Por su parte, la Casa Blanca refirió que el presidente estadounidense, Joe Biden, quiere encontrar una «tercera vía» en lo relativo a Cuba, entre la apertura del Gobierno de Barack Obama (2009-2017) y la mano dura que impuso Donald Trump (2017-2021), en especial tras ver la represión del régimen en las protestas del 11 de julio y la cantidad de cubanos arrestados por unirse a las manifestaciones.