Lun. Mar 18th, 2024

Así es como alimenta a cubanos dentro y fuera de Cuba.

A poco más de tres meses de su llegada a Moscú, el cubano Yasser Puertas no ha logrado hacerse con la residencia, situación que le impide acceder a trabajos legales y bien remunerados. Para sobrevivir, recurre a «diversos negocios» irregulares. Uno de ellos es el de «anunciante» y tiene su parte más importante dentro de Cuba.

Puertas (quien pidió ocultar su apellido real porque teme por su seguridad) describe el «negocio» como una actividad de personas que tienen conectividad constante y estable a internet, y que se dedican a colocar en las redes sociales anuncios de mercancías cuyos dueños, residentes en la Isla, no quieren o no les conviene revelar su identidad. Lo singular es que muchos de esos anuncios se refieren a artículos que vende el Gobierno cubano en sus tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC).

Los «anunciantes» forman parte de una cadena que se origina dentro de esas tiendas, en las que desde 2020 el régimen cubano vende, a precios de escándalo y en ofertas muy inferiores a la demandaalimentos, productos de aseo, de ferretería y equipos electrodomésticos.

Mientras alimentos y artículos de aseo son copados por los coleros, los productos de ferretería y equipos electrodomésticos, por su tamaño y complejidad, son operados por estas cadenas que, además del «anunciante», incluyen también a un «contacto» que hace de puente entre la tienda y el cliente, y a un chofer, que en ocasiones es el propio contacto.

Es conveniente que el anunciante esté, como Yasser Puertas, radicado fuera de Cuba. Es la cara visible de la red, y que esté en el extranjero dificulta un eventual interrogatorio policial que exponga al resto de los integrantes.

La apertura de las tiendas en MLC, a las que los clientes no acceden con efectivo, sino con una tarjeta magnética, ha hecho surgir nuevas formas de corrupción.

«En mi tiempo había muchas maneras de ganar dinero«, confiesa Silvia, cajera de la cadena TRD Caribe hasta el año pasado, cundo le llegó la jubilación. «Desde las propinas que te dejaba la gente, aunque no eran muchas, hasta la reposición de mercancías, ya fueran perfumes o bebidas adulterados, o productos que otras cadenas vendían más baratos. También nos buscábamos dinero avisando a los revendedores y cuentapropistas cuando íbamos a sacar alguna mercancía de gran demanda», relata.

En poco más de un año, la corrupción ha evolucionado para adaptarse a las nuevas estrategias del Gobierno que, en esencia, buscan mantener las divisas dentro del sistema bancario estatal y eliminar su circulación.

«El mes pasado compré una puerta plegable en 10.000 pesos, que al cambio son como ciento y pico de dólares. Es cara, porque creo que en las tiendas las puedes adquirir por menos de la mitad, pero, como están las cosas, prefiero que me la traigan a mi casa y evitarme el costo del transporte y una cola kilométrica«, dice Conrado, vecino de Alamar.

«Yo estuve siete horas frente a la tienda Trasval para comprar un refrigerador. Lo más triste es que no éramos más de 20 personas. A pesar de que se trata de un edificio enorme, no dejan entrar a más de diez personas a la vez, con la justificación de la pandemia, pero yo creo que lo que están haciendo es ralentizar la venta a propósito para poder vender los equipos por la izquierda«, razona otra vecina de Alamar.

Ante tal estado de cosas, la corrupción que han originado las tiendas en MLC en el contexto de esta aguda escasez es un secreto a voces. ¿Cuán difícil sería para el gobierno desmontar estas cadenas?

A pesar de que Miguel Díaz-Canel ha afirmado que la corrupción es el «principal enemigo de la Revolución», es dentro de esta que tal fenómeno parece haber encontrado su hábitat propicio.

«A cada rato nos muestran por el Noticiero cómo la policía captura a una banda de delincuentes que roban y acaparan, pero en la práctica la corrupción sigue estando ante los ojos de todos y no pasa nada. ¿Sabes por qué? Porque la gente tiene necesidad. No solo de cubrir sus miserias, sino de prosperar, aunque sea ilegalmente. Y si cogen a una banda, otra surgirá», opina Conrado.

Por antilope

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