Teherán corre el riesgo de superar el umbral de uranio autorizado por el acuerdo de Viena sobre lo nuclear. Además, el régimen amenaza con retomar el proceso de enriquecimiento y con esto regresar al periodo previo al 2015.
Esta semana podría ser decisiva para las relaciones entre Irán y el resto de la comunidad internacional. No solo a causa de la presión estadounidense que no cesa de aumentar y que estuvo a punto de desembocar en ataques aéreos contra Irán el 21 de junio, sino también porque Teherán debía dar un paso significativo: el país anunció que superaría el umbral permitido de 300 kg de uranio enriquecido, establecido en el acuerdo nuclear iraní de 2015.
Esta perspectiva de una violación del acuerdo de Viena inquieta a los especialistas sobre el tema nuclear, más allá de los tweets coléricos del presidente estadounidense Donald Trump. «No se trata de un límite establecido por azar. Es el resultado de un cálculo muy preciso que debía permitir extender el ‘breakout time’, es decir el tiempo que en teoría necesitaría Irán para elaborar una bomba nuclear. Antes del acuerdo de Viena, este plazo se estimaba solamente en algunos meses, pero las negociaciones sobre las reservas limitadas a 300 kg –y algunas otras restricciones– permitieron extenderlo a alrededor de un año», explica Tytti Erästö, especialista sobre lo nuclear iraní del Stockholm International Peace Institut, contactada por France 24.
«Este lapso debe permitirle a la comunidad internacional intervenir antes de que Irán efectivamente se equipe con una bomba», precisa a France 24 Miles Pomper, especialista en seguridad nuclear del James Martin Center for Nonproliferation Studies, un instituto de investigación sobre la amenaza nuclear situado en Monterey (California).
«La verdadera fecha límite es el 7 de julio»
Esta amenaza, anunciada poco después del retiro estadounidense del acuerdo de Viena en mayo de 2018 «es una señal política a través de la cual Teherán le demuestra al mundo que se está volviendo imposible seguir conformándose con el acuerdo de 2015 sobre lo nuclear estando al mismo tiempo sometido a sanciones estadounidenses sin precedentes», afirma Tytti Erästö. Según la especialista, esta sería una manera de presionar a los europeos para que se esfuercen más por atenuar los efectos de las sanciones estadounidenses, esperando a su vez que Washington revise su política de presión máxima a la luz de este recrudecimiento.
Tytti Erästö no cree que la amenaza tenga los efectos esperados por Teherán. «Europa demostró que le era difícil escapar a la extraterritorialidad de las sanciones estadounidenses (el hecho de que las sanciones estadounidenses se apliquen de igual manera a empresas extranjeras, NDLR), y Estados Unidos parece más interesado en un derrocamiento del régimen en Irán que en impedirle al país obtener la bomba», afirma
En cambio, ignorando el compromiso de limitar sus reservas, Teherán vuelve a situar el riesgo nuclear iraní en el centro de la escena internacional. Pero no basta con tener grandes reservas de uranio; también es necesario enriquecerlo a un nivel suficiente para que sea posible utilizarlo con fines militares. Es por eso que «la verdadera fecha límite es el 7 de julio», asegura Miles Pomper. El mes pasado, Teherán se reservó la posibilidad de enriquecer para esa fecha el uranio al 20% si no se hacía nada, principalmente del lado europeo, por aligerar la carga de las sanciones estadounidenses.
Sin embargo, en 2015 Teherán aceptó no enriquecer su uranio por encima del 3,67%. Un nivel más que suficiente para las regulaciones civiles de la energía nuclear, como la producción de electricidad. «Sería entonces muy provocador elevarlo hasta el 20%. Antes del acuerdo de 2015, Irán ya había alcanzado ese nivel de enriquecimiento y lo esencial del esfuerzo diplomático de los países occidentales consistía en impedirle continuar por esta vía», recuerda Tytti Erästö. Irán afirma necesitarlo para llevar a cabo investigaciones médicas en el seno del centro de investigación nuclear de Teherán.
Átomos u-238 vs. átomos u-235
«Aunque para las necesidades civiles un uranio enriquecido entre el 3 y 5% es suficiente, es cierto que para algunas prácticas médicas (particularmente terapéuticas, como el tratamiento de ciertos cánceres), hay que enriquecerlo hasta casi un 20%», reconoce Mike Pomper. El problema es que Irán estaría entonces peligrosamente cerca de disponer de un uranio que podría ser utilizado para una bomba nuclear.
Para las prácticas militares es necesario un uranio enriquecido al 90%. Pero, paradójicamente, es mucho más rápido pasar del 20 al 90% que del 0 al 3,67%, por ejemplo. “Si existe la voluntad es una cuestión de semanas o meses”, afirma Mike Pomper. La razón tiene que ver con la naturaleza misma del proceso de enriquecimiento. En realidad, este término designa el proceso mediante el cual las centrífugas le quitan al uranio el material que no es fisible (el isótopo u-238) para conservar solamente el que puede explotar (es decir el isótopo u-235). Pero en su estado natural, hay una mayoría aplastante de átomos u-238 (99.3%). Es entonces necesario quitar muchos más isótopos u-238 para llegar a un 3,67% de enriquecimiento que para pasar del 20 al 90%.
Solo con 300 kg de uranio enriquecido al 3,67% Teherán puede producir entre 5 y 9 kg de uranio enriquecido al 90%»
Miles Pomper, especialista en seguridad nuclear
A partir del 7 de julio, Irán podrá nuevamente iniciar en cualquier momento una cuenta regresiva, como amenazaba con hacerlo antes del 2015 cuando los países occidentales temían que Teherán pudiera equiparse con una bomba atómica en unos cuantos meses. “En el peor de los casos, estaríamos ante una crisis similar a la que precedió al acuerdo de Viena, con menos voluntad de las partes (Estados Unidos e Irán) por llegar a una solución diplomática”, teme Tytti Erästö.
Sin embargo, Miles Pomper tiende a relativizar la amenaza: «Solo con 300 kg de uranio enriquecido al 3,67% Teherán puede producir entre 5 y 9 kg de uranio enriquecido al 90%, lo cual puede ser suficiente para un país que disponga de la técnica necesaria, como Francia o Estados Unidos, para fabricar una bomba atómica. Pero Irán todavía no ha llegado ahí».
Estima que le serían necesarias al menos tres veces más reservas de uranio para lograrlo, dado el estado actual de las instalaciones iraníes y de su (in)experiencia.
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