La embajada cubana en Washington, Estados Unidos, negó este martes la atención a la activista Anamely Ramos, integrante del Movimiento San Isidro (MSI), a quien el régimen de La Habana le negara dos veces regresar en un vuelo a la isla, pese a mantener legalmente su residencia y ciudadanía allí.

Ramos acudió a la sede consular del gobierno cubano en busca de respuestas, sin embargo, ignoraron su presencia frente al edificio. “No responden. Llevo aproximadamente tres horas aquí. He tocado puertas; han venido personas a entregar paquetes y tampoco los atienden a ellos”, dijo en declaraciones a ADN Cuba.

Al anularse, al hacer silencio, uno se queda no solo sin interlocutores, sino que falsean”, explicó, refiriéndose al hecho como otra forma de ejercer la violencia de la manera en que acostumbran las autoridades castristas.

“Es grave porque supuestamente ellos representan a los ciudadanos cubanos en este país (EE.UU.), entonces, cuando se anulan de esta manera, ejercen también la violencia sobre uno”, expuso. “¿Por qué tienen una embajada en este país? ¿Por qué tienen embajadas en el mundo? ¿Por qué el mundo los reconoce si ellos no reconocen a los cubanos?”, cuestionó más adelante.

El citado medio refirió que la policía estadounidense había ido dos veces al lugar, al parecer porque los funcionarios de la embajada la llamaron para intentar forzar a Ramos a que abandonara su protesta.

La activista se plantó en las afueras de la sede diplomática desde las 7 a.m., donde planea permanecer indefinidamente como protesta ante la negativa de la embajada de recibirla. “Ellos actúan con impunidad y se creen dueños de nuestro país y de nosotros”, aseguró.

Ramos supo el pasado 16 de febrero, en el aeropuerto internacional de Miami, que la compañía American Airlines había recibido un aviso para no permitirle abordar un vuelo con destino a La Habana. “Cuba mandó un mensaje diciendo que yo no puedo entrar a mi país”, dijo entonces.

Independientemente del acuerdo que ellos tengan con el gobierno cubano, yo soy residente cubana, no tengo residencia en ningún otro país del mundo y por lo tanto no me puedo quedar ilegal aquí”, reclamó, haciendo énfasis en su estatus en EE.UU., país al que ingresó con una visa de turismo que caducará en los próximos meses.

Casi dos semanas después, la activista intentó abordar otro vuelo a través de la misma aerolínea estadounidense, y la respuesta fue la misma. El sábado, Ramos aseguró que no desistía de su propósito de volver a la isla, donde le asiste todo el derecho de hacerlo de acuerdo con las leyes vigentes.

“Me he mantenido en protesta pública por la evidente violación de un derecho humano, me he reunido con abogados, con políticos, con funcionarios y aún no he encontrado una salida justa a mi caso. He recogido muchas historias de no retorno y he visto con mis propios ojos las consecuencias dolorosas de esas historias”, señaló antes de ofrecer una relación detallada acerca de su caso personal.

No desisto. Sé que no se trata solo de mí, que lo que está en juego es que se abra una nueva brecha al control de la dictadura cubana más allá de sus fronteras. A ellos no les importa que el país se quede vacío. Es la estrategia por la que están apostando ahora, expulsando sobre todo a la juventud o encarcelándola”, agregó.

Por antilope

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