El impacto de la prohibición de importación de petróleo, gas y energía rusa anunciada por la Administración del presidente Joe Biden ocasionará el incremento de los precios de crudo y de la gasolina en todo el mundo, generando importantes beneficios a países petroleros, pero no necesariamente en todos, concuerdan especialistas.
Consultado por la Voz de América sobre el impacto de los anuncios de Biden sobre Venezuela, el economista y experto petrolero, José Toro Hardy, subraya que los beneficios no tendrán la magnitud que muchos piensan porque Venezuela, que en algún momento de la historia fue considerado como el país abastecedor de petróleo “más seguro y confiable del mundo”, no puede aumentar la capacidad de producción a corto plazo.
“Para que Venezuela pueda aumentar sustancialmente su producción petrolera se necesitan enormes inversiones y esas inversiones no van a venir a Venezuela mientras no haya seguridad jurídica, no van a venir de ninguna parte”, afirma al recordar que, de haberse mantenido la apertura petrolera, Petróleos de Venezuela (PDVSA), debería estar produciendo unos 5 o 6 millones de barriles diarios.
El exdirectivo de PDVSA explica que la producción petrolera actual, de unos 650.000, se debe a la mezcla de los “crudos de mala calidad de la faja del Orinoco con condensados importados de Irán”, que están subiendo de precio.
“El grueso se nos va en pagar la importación de condensados de Irán”, detalla y resalta que la nación persa, que, a diferencia de Venezuela, está en condiciones de aumentar “rápidamente” su producción petrolera, podría beneficiarse. Fuente: The Epoch Times en español
“Hay en Venezuela un gran número de pozos petroleros cerrados que podrían empezar a producir más o menos rápido, están cerrados por vandalismos, les robaron guayas, motores. Pero, implicaría, en más o menos un año, aumentar entre 350 y 400.000 barriles diarios”, asegura Toro Hardy.
Gilberto Morillo, exgerente financiero de PDVSA, coincide en que el “maltrecho” estado de la industria petrolera venezolana, ocasionará que los ingresos, que pudieran materializarse en 1 o 2 meses, se verán disminuidos.
Respecto al posible levantamiento de sanciones y al eventual restablecimiento de la venta de crudo a Estados Unidos, Morillo lo evalúa como “positivo” para PDVSA.
“Es el mercado más cercano, está a tres días en barco y además las refinerías están muy bien adaptadas para procesar crudos pesados venezolanos, las refinerías de los Estados Unidos y se obtendrían mejores precios”, afirma el especialista en materia petrolera al ser consultado por VOA.
Morillo destaca que PDVSA y el régimen venezolano se encuentra en una “precaria” situación financiera, con deudas de hasta 60.000 millones de dólares solo a tenedores de bonos, por lo que se vuelven indispensables los inversionistas privados.
“Hay inversionistas dispuestos a venir aún con sanciones, pero son menos. Las grandes inversiones necesitan que se levanten las sanciones y también un marco jurídico confiable, que el Gobierno de Venezuela le genere confianza y ahí es donde yo lo veo mucho más difícil”, sostiene.
Nicolás Maduro dijo el lunes por la noche que, una vez recuperada “a nivel básico”, PDVSA está preparada para crecer, “1, 2 o 3 millones de barriles si hicieran falta”. Fuente: The Epoch Times en español
En enero de 2021, Venezuela produjo 688.000 barriles de crudo, según las fuentes secundarias de la OPEP, pero parte del monto está destinado al pago de deudas con países como China.
Expertos atribuyen a la “destrucción” de la industria petrolera que el país ya no produzca los 3,2 millones de barriles diarios de 1999, cuando el expresidente Hugo Chávez tomó el poder. Fuente: The Epoch Times en español