Cientos de puertorriqueños colmaron el sábado un centro de convenciones donde legisladores federales efectuaban una audiencia pública para decidir el futuro del estatus político de la isla, la cual pasa dificultades para recuperarse de huracanes, sismos y una profunda crisis económica.
Una por una, docenas de personas, desde políticos a jubilados y personas jóvenes, tomaron el micrófono para hablar en contra del actual estatus territorial de la isla, con el que se reconoce a sus habitantes como ciudadanos de Estados Unidos pero no se les permite participar en las elecciones presidenciales, se les niegan ciertas prestaciones federales y sólo les permite un representante en el Congreso estadounidense con facultades limitadas de voto.
La audiencia tiene lugar dos semanas después que un grupo de miembros demócratas de la Cámara de Representantes propusie cual se ofrecería a los electores en Puerto Rico tres opciones: Estadidad, independencia o independencia con libre asociación, cuyas condiciones serían definidas después de negociaciones.
El Congreso tendría que aceptar a Puerto Rico como el estado 51 de Estados Unidos si los electores lo deciden, pero se prevé que la propuesta no sobreviva en el Senado, donde los republicanos se han opuesto desde hace mucho tiempo a la estadidad.
“Todos, inclusive los propios congresistas, saben que las posibilidades de que esto se convierta en ley son mínimas y quizás ninguna pero no deja de ser importante””, dijo el exgobernador de Puerto Rico Aníbal Acevedo Vilá a The Associated Press.