Vie. Mar 29th, 2024

Desde uñas de acrílico hasta una supuesta cena en el Cabaret Tropicana: El aparato represor del gobierno cubano echó mano de varias imágenes que intentan desacreditar a Amelia Calzadilla, la madre que explotó en redes ante la difícil situación del país y la ineficiencia probada del régimen comunista de La Habana.

En las últimas horas, han circulado diversas “evidencias” tratando de demostrar que Calzadilla no es la madre cubana agobiada que dice ser. La prensa oficialista también ha hecho los suyo intentando vincular la directa de la joven con un plan trazado desde Washington.

El perfil llamado Guerrero Cubano, que administra la Seguridad del Estado, sacó un collage con las imágenes de Calzadilla y prometió este domingo un programa dedicado “a las supuestas madres sufridas que pretenden inundar las redes con mentiras”.

Según la cuenta de la contrainteligencia cubana, las denuncias de las madres responden «al ala terrorista de Miami» y había pruebas de ello. Otra de las propiedades que se le critican a Calzadilla son los tres bombillos que tiene encendidos mientras hace la directa y un objeto en segundo plano que se asemeja a un televisor de pantalla plana.

“Qué madre es esta, tomando y comiendo en Tropicana y dice en redes sociales que sus hijos están en casa sin nada que comer, sin zapatos y sin ropa”, cuestionó la cuenta de la Seguridad del Estado con el claro propósito de deslegitimar las palabras de la joven que se hicieron virales, al compartir los sentimientos de muchas madres cubanas.

La víspera, el portal oficialista Cubadebate publicó un artículo de opinión afirmando que el video de Calzadilla pretendía “gestionar” la irritación del pueblo. El texto expresa que la directa en cuestión es “un ejemplo de manual de lo que se llama gestión de la irritación”.

“Se toma un contexto concreto (la escasez, unido a la inflación), se le hiperboliza en sus aspectos negativos, dramatizando sus consecuencias ( los hijos no tienen merienda), se hace blanco en un aspecto concreto que sea sensible y fácil de entender, pero que sirva de símbolo (la cuenta de la luz), se enfoca en quien se quiere hacer culpable (el Gobierno), pero se evita ser genérico, sino que ese Gobierno se personaliza ( el ministro, Díaz-Canel), se desfigura esos culpables (son unos gordos, panzones, vive bien, no sufren lo que esa madre), se hace implícito que no dan soluciones porque no quieren, y entonces se lanza como única solución la acción que quieren promover (vender al país, salir a las calles)”, sostiene.

El autor del artículo admite que la situación actual de la isla es muy compleja, pero defiende que “es lo que hay”. “No dejemos que gerencien nuestra irritación para manipularnos de acuerdo con una agenda política bien trazada. Después del fracaso de la cumbrecita de Los Ángeles están desesperados por lograr una explosión social que les justifique la infamia de habernos excluido. Esta es una operación de laboratorio, nada espontánea y detrás de ella, los sospechosos habituales”, dijo con una referencia a la Cumbre de Las Américas, evento al cual no fue invitado el gobierno cubano. 

Por antilope

Deja una respuesta