Decenas de usuarios reaccionaron en Twitter ante las declaraciones de la ministra de Educación cubana quien limitó el poder de criticar lo que pasa en la isla solo a los que residen en ella
La ministra de Educación del régimen de La Habana, Ena Elsa Velázquez Cobiella, considera que quienes residen fuera de la isla «no tienen derecho» a criticar, según advirtió en su cuenta de Twitter como respuesta a la carta abierta que estudiantes y profesores universitarios dirigieran a Miguel Díaz-Canel en la que rechazan la «abierta apología a la discriminación» de otra autoridad del sector.
Según refiere Diario de Cuba, Martha del Carmen Mesa Valenciano, viceministra primera de Educación Superior, había afirmado en un reciente texto publicado en la prensa oficial quien «no se sienta activista de la política revolucionaria» del Partido, de su «ideología, moral y convicciones políticas, debe renunciar a ser profesor universitario».
Esa declaración provocó un inédito alud de críticas y provocó la redacción de la misiva al designado gobernante Díaz-Canel.
«Los que no viven en Cuba no tienen derecho a criticarnos. Aceptamos las críticas de los que están junto a nosotros y están dispuestos a compartir nuestras carencias y buscar soluciones», escribió en su cuenta en la red social Twitter Velázquez Cobiella, en defensa de Mesa Valenciano y en rechazo a la carta de estudiantes y profesores.
La carta enviada a Díaz-Canel, que ya lleva más de 670 adiciones desde que fuera alojada en la plataforma Change.org, refiere que «a pesar del inédito alud de críticas que ha generado dicho texto en una parte importante de la sociedad cubana, incluidos profesores y estudiantes universitarios, el Gobierno cubano no ha presentado hasta ahora ninguna comunicación que lo distancie de este pronunciamiento que hace abierta apología a la discriminación».
Manifiesta igualmente su «rechazo a que el derecho universal a la educación, al trabajo y la protección contra toda forma de discriminación consagradas en la Constitución cubana, se continúen violando en las universidades del país con cada persona expulsada de las mismas por razones políticas».
Decenas de usuarios de Twitter reaccionaron inmediatamente al comentario de la ministra de Educación de la isla que cuestiona los derechos de los nacidos en Cuba.
«Cuba es de los cubanos, no del Partido Comunista y nos duele ver cómo llevan destruyendo el país sistemáticamente por 60 años. Los de afuera no pueden criticar, pero bien que reciben sus remesas y recargas», escribió Chawy.
De manera irónica, otro comentarista señaló: «No, de los que no viven en #Cuba nos hace falta su dinero, pero nada más. Ya criticar y retorcer realidades eso solo lo pueden hacer ustedes. Ineptos, vagos, corruptos, contraproducentes, parásitos del sistema».
El actor cubano Roberto San Martín se preguntó «¿Por qué ministra? No vivir en un país por no estar de acuerdo con quienes lo gobiernan no nos quita el derecho a querer cambiar ese país. De hecho, es lo que nos da derecho a hacerlo».
San Martín catalogó el pensamiento de Velázquez Cobiella como «fascista y discriminatorio».
«Muy simpática, señora!! Usted bien sabe que quienes están allí dentro no pueden hablar, porque terminan pateados en Villa Marista o desaparecidos y encarcelados. No tome a los cubanos por tontos. Los que estamos fuera seguiremos denunciando los crímenes de la dictadura sin parar», respondió por su parte Indio Hatuey.
Violeta, que se identifica como una madre cubana que puede «‘hablar y criticar’ y ayudar a enderezar los desafueros de estos tiempos en nuestra educación», preguntó a Velázquez «¿cómo vamos a solucionar la corrupción en los PRE universitarios donde hay que pagar para que nuestros hijos aprueben?»
El texto discriminatorio de la viceministra primera de Educación Superior fue publicado después de que la expulsión de la profesora Omara Ruiz Urquiola del Instituto Superior de Diseño (ISDI) recibiera numerosas críticas.
Ruiz Urquiola es una de las firmantes de la carta al Gobierno de Díaz-Canel, junto a profesionales de dentro y fuera de la Isla. Su expulsión, bajo justificaciones dudosas, se sumó a la ya larga lista de estudiantes y profesores que han corrido la misma suerte por sus ideas políticas.