Vie. Mar 29th, 2024

La activista sigue reclamando regresar a Cuba: ‘no han tratado la actuación de las aerolíneas de manera seria’.

La activista cubana Anamely Ramos se plantó este lunes frente a la Casa Blanca en Washington para defender sus derechos a regresar a Cuba y en protesta por lo que ha considerado escasa seriedad con que las autoridades estadounidenses han tratado la actuación de las aerolíneas, cómplices de la prohibición del régimen de su entrada.

«Decidí hacer lo único que considero ahora mismo coherente para mi. Viajé a Washington y quedarme aquí sentada frente a la Casa Blanca, en señal de protesta porque vine a este país a buscar ayuda para mis amigos presos, para encontrar formas conjuntas de construir democracia en medio de un régimen totalitario dentro y fuera de Cuba y encontré un equilibrio del que no soy y no quiero ser parte. Demasiados cálculos y demasiados malabares», escribió la curadora de arte.

«Estoy aquí y no en otro sitio porque considero que Estados Unidos tiene responsabilidad en lo que está pasando conmigo y con Omara (Ruiz Urquiola). No han tratado la actuación de las aerolíneas de manera seria y han condicionado el apoyo que podrían darnos a una petición de asilo que no vamos a hacer«, apuntó.

«Vuelvo a estar en la calle de manera literal porque estoy ya en la calle de manera simbólica: sin país, sin documentos, sin trabajo, sin mi hijo, sin ni siquiera un ID para volar sin susto dentro de Estados Unidos. Estoy aquí por mí misma, por derechos que sé que tengo aunque estén siendo violados», añadió.
 
«Estoy aquí simplemente con todo lo que soy y tengo, pensando y sintiendo a aquellos que están peor que yo. A esos jóvenes presos y sus familias que no dejan de sorprendernos a todos. A Maykel (Castillo) y a Luis (Manuel Otero). Y por supuesto a Ariel Ruiz Urquiola que ahora mismo es el más libre de todos nosotros«, dijo.

En opinión de Ramos, «el 11J no ha terminado«, pues «no podría terminar con más de 1.000 presos políticos y en peligro en la cárcel, con los activistas y familiares dentro de Cuba, amenazados de ser los próximos presos. No podría terminar con Omara y conmigo queriendo regresar sin poder, y sin nada, en un país extraño.»

«Desde que llegué a Estados Unidos estoy haciendo gestiones para poder regresar o, al menos, para que esta atrocidad tenga consecuencias, porque me doy cuenta de que la impunidad de Cuba es uno de los eslabones fundamentales para que esa dictadura permanezca. Si a mí me destierran y no pasa nada, qué pasará con los que están dentro, en peligro, solos, en las cárceles. Las huelgas de hambre son también una respuesta a esa indefensión total», reflexionó.

Para la activista, «sales de Cuba y encuentras que la indefensión se mantiene. Sales y, además de lidiar con las presiones inhumanas de una dictadura, también tienes que hacerlo con las reglas de un mundo democrático donde todo tiene sus tiempos, papeles, lobbys, malabares políticos y rejuegos ideológicos que nada tienen que ver con quién es y qué busca un activista.»

Por antilope

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