LA HABANA (AP) — Hasta hace poco era el garaje de una casa en el barrio habanero del Vedado. Ahora, cumple una función totalmente distinta: es una tienda bien abastecida que da la bienvenida a las personas con una pizarra donde se anuncian los productos a la venta, desde aceite, puré de tomate, papel sanitario, leche en polvo o arroz, hasta galletas y mermeladas.
La tienda del Vedado es una de las decenas que en los últimos meses han comenzado a abrirse en casas o locales en toda la isla y que los cubanos bautizaron como “mipymes” en alusión a las pequeñas y medianas empresas (pymes) privadas permitidas por primera vez en 2021, cuando se dio un giro histórico del modelo económico socialista fuertemente centralizado.
Y en una Cuba donde el desabastecimiento se hizo habitual, estas “mipymes” ofrecen verdaderos tesoros, aunque a precios elevados para la mayoría de la gente.
Con la autorización para la apertura de las pymes en todos los sectores de la economía, el gobierno buscaba reforzar el sistema productivo y salir de una aguda crisis. Hasta ahora se han autorizado cerca de 9.000 pequeñas y medianas empresas que incluyen desde talleres de confección de ropa y partes de piezas de autos, hasta fabricantes de pinturas.
Pero las comercializadoras de alimentos minoristas, las “mypimes” como la del Vedado, son las que más rápidamente se instalaron y tienen mayor visibilidad entre la población porque ofrecen sobre todo comida, algo que la gente siempre necesita.