Falla el programa oficial de alimentos y Maduro expropia y carga contra las empresas privadas
Tras varios actos, hasta ahora aislados de saqueos de comercios y de protestas por falta de comida en Venezuela, el Gobierno de Nicolás Maduro decretó un nuevo esquema de precios controlados para los productos básicos y recrudeció el discurso inflamado contra los productores privados de alimentos que operan dentro del país.
El chavismo ha respondido con la política habitual de controles, pese a la pandemia del coronavirus, y en contravía de lo que está sucediendo en otros países. En general los gobiernos, en medio de la emergencia sanitaria, han profundizado en alianzas con los productores privados nacionales.
La política de controles, que eufemísticamente se ha llamado «Precios Convenidos», sin que haya ninguna mesa de negociación entre Gobierno y empresas privadas, tiene en la mira a Empresas Polar, la principal de Venezuela dedicada a la producción de alimentos.
El anuncio fue hecho por el Gobierno el viernes 24 de abril e implicó la expropiación temporal de otra firma, Coposa (de aceite y margarina vegetal), la ocupación de una planta de Polar, y las amenazas chavistas de que militares y «pueblo organizado» harán supervisión de los precios en los comercios.
La decisión oficial fue seguida este sábado 25 de abril de una ola de compras nerviosas en diversos supermercados y tiendas de alimentos. «Después de escuchar lo que dijo el Gobierno ya sé que lo que viene es escasez, así que me llevó lo que puedo», comentó a DIARIO DE CUBA una profesora jubilada a las puertas de un supermercado pequeño en donde aún consiguió la harina PAN, la marca emblemática de Polar con la cual se preparan las populares arepas venezolanas.
En diversos comercios establecieron límites al número de productos por persona, como ya ha ocurrido en otras ocasiones que se han implementado políticas de controles en Venezuela, y en algunos casos hasta se limitó el número de personas, esto último en aras de reducir el volumen humano en los establecimientos y así mantener la recomendada política de distancia social ante la pandemia.
«Anoche Empresas Polar nos hizo llegar un aviso de que hoy sábado ya no habría distribución de alimentos, cosa que era habitual», confirma a DIARIO DE CUBA María C. quien es propietaria de una pequeña bodega en un barrio popular venezolano.
Empresas Polar produce los alimentos básicos y de mayor consumo en los sectores populares, ya que además de la harina PAN también produce pastas y aceites, así como arroz y margarina y también sardinas en lata.
Tareck El Aissami, el funcionario del chavismo en tareas de seguridad e inteligencia y ahora vocero para temas económicos, anunció este sábado que desde el lunes 27 de abril el Gobierno de Nicolás Maduro dará a conocer una lista de precios para 27 productos básicos de alimentación. También confirmó que funcionarios civiles y militares del régimen se desplegaron este mismo sábado para verificar que los comercios estén cumpliendo y no alteren los precios.
De acuerdo con datos oficiales del Banco Central de Venezuela, que volvió a publicar cifras de inflación tras la reducción de la hiperinflación en el país, el alza de precios fue de 124% en el primer trimestre de 2020. Venezuela sigue teniendo la inflación más alta del hemisferio occidental y eso obviamente se relaciona con este anuncio de controlar los precios con un decreto oficial.
Según un reciente reportaje de The New York Times, se había alcanzado un acuerdo entre el chavismo en el poder y Empresas Polar, el principal emporio privado en una alicaída economía venezolana. Básicamente el presidente del consorcio, el popular Lorenzo Mendoza, se abstendría de criticar al Gobierno y bajaría su figuración pública, y a cambio el Gobierno le dejaría producir sin problemas.
Durante los últimos meses, Mendoza prácticamente desapareció de la agenda pública. Al mismo tiempo los anaqueles se vieron inundados de productos hechos por Polar. Esta situación cambió de forma radical y tendrá consecuencias en el abastecimiento del venezolano, especialmente en los sectores populares.
Alimentos Polar, la rama alimenticia de Empresas Polar, exigió con un duro comunicado firmado por Mendoza el cese de la intervención a sus ventas, anunciada ayer 24 de abril por el Gobierno de Nicolás Maduro.
Mendoza advirtió de un muy posible desabastecimiento en el país, pues el Gobierno les bloqueó los códigos de venta y, sin ellos, no pueden mover «ni un kilo» de nada.
En medio de la crisis del coronavirus, «mientras los gobiernos del mundo intentan apoyar a las empresas y sus trabajadores, en Venezuela nuevamente observamos lo contrario: hostigamiento y control», apuntó la analista política Maryhen Jiménez.
De acuerdo con el sacerdote jesuita Alfredo Infante, quien hace trabajo pastoral en una barriada caraqueña, sostiene que la medida es una respuesta política: «ante el descontento por el hambre, buscar un chivo expiatorio para poner la culpa en otro».
La medida ha sido la respuesta a una serie de saqueos en varias poblaciones intermedias a lo largo de la última semana. El Gobierno apeló a la represión contra las personas que protestaban por comida en poblaciones como Cumanacoa (estado Sucre) o Upata (estado Bolívar).
El descontento en esas poblaciones estaba enfocado en la ausencia de bolsas o cajas CLAP (el programa oficial de alimentos) en medio de las ya varias semanas de cuarentena. La respuesta oficial ha sido poner el foco de atención ahora en las empresas privadas a las que acusa de especulación, pese a que estas han seguido produciendo.