Mar. Abr 16th, 2024

LA HABANA, Cuba. – Los cubanos estamos viviendo una realidad cada vez más dura y angustiante. A la escasez creciente desde 2018 se le ha sumado este año la amenaza del coronavirus. Aumenta por consiguiente el miedo al futuro, y no sin razón, pues cada vez hay menos de todo y principalmente comida, y eso implica que las colas cada vez son más largas y por lo tanto más demoradas.

Pero no son las colas o el miedo lo único que aumenta. A medida que desaparece la comida, se va incrementando la agresividad. Desde que comenzó la crisis –mucho antes de la entrada de  la COVID-19–, han estado ocurriendo actos de violencia en las colas, especialmente de jóvenes contra ancianos, así como de elementos antisociales contra personas educadas. Así le sucedió a un amigo, un hombre noble y tranquilo. Al momento de recibir el ticket en una cola para comprar pollo en Porvenir y Fonts, una mujer se lo arrebató violentamente, aun delante de uno de los militares que –supuestamente– estaban para controlar a la multitud. Como él es enemigo de peleas y mucho menos con mujeres, y en vista de que el guardia no hizo nada por restablecerle su derecho, mi amigo optó por retirarse.

De cara a este panorama angustiante, la solución perfecta sería el comercio electrónico, una experiencia que a la entrada del nuevo coronavirus se encontraba aún incipiente en nuestro país. El sitio web cubano para las ventas online es www.tuenvio.cu. Al principio no vendían a domicilio, sino que el cliente reservaba su compra para recogerla luego personalmente. Más adelante inició el servicio de entrega en la casa, aunque solo a los municipios más céntricos de la ciudad como Plaza y Centro Habana. Posteriormente, a raíz del aislamiento social necesario en el enfrentamiento al COVID-19, y para evitar aglomeraciones en las tiendas, se incorporó al servicio de entregas a domicilio la empresa Correos de Cuba.

Pero a pesar de todos los inconvenientes y los riesgos de hacer cola, hay muchos que aún prefieren estar varias horas rodeados de personas a la puerta de la tienda antes que entregar su dinero sin garantía de recibir la mercancía. No confían en la capacidad (ni mucho menos en la seriedad) de las tiendas estatales para cumplir con las entregas. Esta desconfianza se ve reforzada por las dificultades presentadas por el sitio en semanas recientes, fundamentalmente la desactualización. En ese sentido es inevitable recordar a ¿Dónde hay?, aquella aplicación que siempre tenía al menos uno o dos días de atraso. En el caso de tuenvío.cu, aparecían en la página artículos que en realidad no estaban disponibles en la tienda virtual. Incluso hubo un incidente en el que se les cobró a clientes por una compra que en realidad no se efectuó, aunque a los usuarios les parecía que sí –y de la cual, por cierto, aún está por devolverse el dinero a los clientes–. Luego el sitio fue cerrado por mantenimiento y reabierto luego de unos días.

Sin embargo, al expresarse sobre el tema, los medios oficialistas dan una impresión totalmente diferente. Llama la atención que en un sistema totalitario como el nuestro, en cuyos medios de difusión impera el secretismo, donde nos enteramos de casi todo –de lo poco que nos enteramos– después de que ya está hecho, en esta ocasión, por el contrario, anuncian los proyectos como si ya estuvieran en marcha: que el envío demora 72 horas, cuando en la práctica toma varias semanas. Que se han puesto varias tiendas a disposición de esta modalidad (18 en todo el país), lo cual se traduce en una por provincia y dos (Carlos III y Cuatro Caminos) en La Habana (recientemente en la página principal aparecen dos más en la capital, pero al hacer clic no parecen disponibles aún). También dan a entender que hay bastantes mercancías pero en el perfil aparecen pocas y no de las más necesarias. En resumen, que hay mucho divorcio entre noticia y realidad. ¿Por qué no reportan las cosas como son, las etapas reales por las que marcha el proceso? Así evitarían decepciones al público, en lugar de crearnos falsas expectativas. Hay personas que, aun con recursos limitados, se acogen a la opción por proteger a sus familiares. Otros acudirían a ella como única opción por falta de tiempo. Sin embargo, ni unos ni otros al buscar online encuentran lo que ven en la TV.

Por antilope

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