La periodista oficialista Cristina Escobar denunció que una agente de la Policía cubana le impidió transitar por una zona comercial del Centro de Negocios Miramar Trade Center de La Habana simplemente porque la reportera está embarazada.
«Dice la oficial de la PNR que mi único derecho es quedarme en mi casa», describió indignada en su muro de Facebook.
«Su número es 06059. Con la peor forma, solo de verme, no me dejó ni transitar por el Miramar Trade Center. Con la peor forma, me dijo que las embarazadas no pueden ESTAR ni en los alrededores de donde está ella. Mujer, ella, absolutamente insensible del vulnerable», narró.
La uniformada dijo a Escobar que debía ver más el Noticiero de la Televisión, donde precisamente trabaja la periodista.
«Le dije: probablemente lo vea mucho más que tú. Pero en ningún noticiero, ni en tweets de decisores políticos se ha informado sobre esa nueva ley, o decreto ley en el que ella se ampara para violentar mi derecho de caminar por el Miramar Trade Center, de hacer una cola, de entrar a una tienda», acotó Escobar.
«Dice que lo que tenga que hacer lo hace el trabajador social: ciencia ficción en todos los barrios que he vivido, parece que los que orientan esas descabelladas orientaciones viven en un país que no es el mío. Una vez más mis derechos no importan. Yo, a la que supuestamente hay que apoyar (…) así ella, y los que la orientan, echan por tierra la Constitución recién aprobada, y los muchos derechos ganados y regulados», finalizó.
No es la primera vez que Escobar denuncia los atropellos que ha sufrido como embarazada obligada a hacer gestiones en medio de la crisis sanitaria del Covid-19.
Hace apenas diez días, tras salir de una consulta ginecobstétrica en el Vedado, cuando quiso marcar en una cola para comprar un paquete de culeros, un grupo de uniformados, incluyendo un teniente coronel, se lo prohibió.
«Cuidado con los pretextos: para ‘cuidarme’ me quitan derechos sin ser capaces de dar alternativas reales. No se pueden prohibir y quitar derechos sin dar alternativas reales a las necesidades de la gente. Yo solo espero que con la misma intensidad que ese teniente coronel me prohibió estar en la calle y comprar culeros desechables se enfrente a los revendedores, a los que marcan en las colas para 20 personas…», denunció en esa ocasión.
La presencia policial y la represión en las calles de la Isla ha aumentado desde que el Gobierno cubano llamó a no permitir las aglomeraciones y a cumplir con el aislamiento para evitar una mayor propagación del Covid-19. Sin embargo, muchos cubanos han denunciado el uso excesivo de la fuerza y los arrestos violentos de ciudadanos por no usar nasobuco en la calle o por no cumplir las exigencias de las autoridades.
Desde abril, las jóvenes Mileydi Salcedo y Elizabeth Vaquero están detenidas e incomunicadas tras ser golpeadas por la Policía en La Habana cuando intentaron grabar a dos agentes que las abordaron porque la segunda no traía puesto el nasobuco. Ambas han sido trasladadas a una prisión de mujeres hasta que se les celebre juicio.
También en abril, el locutor de una emisora oficial denunció lo que calificó como un acto de «abuso de poder» luego que dos agentes policiales lo multaron por el presunto delito de «propagación de epidemias» cuando, camino a la panadería, se detuvo para revisar su teléfono.
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